Me gustaba cuando no tenía que preocuparme de personas que
no conozco. Suena y es algo confuso, no te das cuenta hasta que eres conciente
de que ahí están…tu destino.
No sabes apenas de ellos y ni ellos saben de tu existencia
pero de forma paradójica forman parte de tu vida. Están en la calle, en fotos,
en una conversación… es lo que te vincula a ellos y que puedan decidir tanto y conocerlos
tan poco resulta escalofriante. Pienso que son como fantasmas con cuentas
pendientes, que les debo algo y todavía no sé el que ¿será uno de los muchos
acertijos que te depara el hecho de haber nacido? ¿Lo será el mismo acertijo de
forma inversa? Personas que crees conocer y como pinturas al óleo tienen sus
sombras…ocultas, las desconoces, y te dan morbosidad pero tienes miedo a
disiparlas. Esas sombras que en realidad son dudas que dan lugar a como te sientes
en este momento enturbian la claridad con la que veías y tu cabeza no tiene
cordura, no te haces responsable del presente, es un déjalo ya volveré
mañana…cuando me de cuenta si el problema ya resuelto está en lo que desconozco
y se acerca, en lo que voy conociendo y me aleja o en lo que siento. Frena.
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