jueves, 16 de agosto de 2012

La ironía de reflexiones equivocas


Me gustaba cuando no tenía que preocuparme de personas que no conozco. Suena y es algo confuso, no te das cuenta hasta que eres conciente de que ahí están…tu destino.
No sabes apenas de ellos y ni ellos saben de tu existencia pero de forma paradójica forman parte de tu vida. Están en la calle, en fotos, en una conversación… es lo que te vincula a ellos y que puedan decidir tanto y conocerlos tan poco resulta escalofriante. Pienso que son como fantasmas con cuentas pendientes, que les debo algo y todavía no sé el que ¿será uno de los muchos acertijos que te depara el hecho de haber nacido? ¿Lo será el mismo acertijo de forma inversa? Personas que crees conocer y como pinturas al óleo tienen sus sombras…ocultas, las desconoces, y te dan morbosidad pero tienes miedo a disiparlas. Esas sombras que en realidad son dudas que dan lugar a como te sientes en este momento enturbian la claridad con la que veías y tu cabeza no tiene cordura, no te haces responsable del presente, es un déjalo ya volveré mañana…cuando me de cuenta si el problema ya resuelto está en lo que desconozco y se acerca, en lo que voy conociendo y me aleja o en lo que siento. Frena.